Tiene poco más de 1 km de diámetro, está totalmente vacía y no tiene ningún tipo de recursos, sin embargo, Dinamarca y Canadá llevan décadas peleando por el control de Hans Island, una pequeña isla del Ártico ubicada en pleno límite entre aguas territoriales danesas y canadienses.
La pelea por la Isla Hans no es como la mayoría de los conflictos a los que estamos acostumbrados. La disputa entre Dinamarca y Canadá es un tanto más… particular.
Desde los 80, ambas naciones manifiestan su lucha en forma de un intercambio bastante pasivoagresivo. De forma regular, la isla es visitada por representantes de cada país que dejan su bandera y quitan la bandera que dejaron las fuerzas enemigas. Pero eso no es todo, los daneses dejan una botella de schnapps (un tipo de aguardiente) fabricado en su país y los canadienses responden con una botella de whiskey fabricado en ese país norteamericano.
La disputa, incluso, ha llegado a Internet, donde se desata la llamada «guerra de Google». En el 2005, un ciudadano canadiense notó un aviso de Google que le llamó la atención por su contenido, las palabras «la Isla Hans es de Groenlandia. Los nativos de Groenlandia llevan siglos utilizando la isla». Groenlandia, por supuesto, pertenece a Dinamarca y se cree que los pueblos inuit originarios tanto de Groenlandia como de Canadá habrían utilizado la isla en el pasado.
Como respuesta al aviso, Rick Broadhead, el mismo ciudadano canadiense que lo detectó por primera vez, decidió publicar uno reivindicando el reclamo de su país.
La disputa probablemente podría haber continuado sin mayores problemas de no ser por dos factores: la OTAN y el calentamiento global.
¿Qué tienen que ver estas cosas? En primer lugar, analicemos por qué esta disputa sigue vigente. Más allá de una cuestión de principios, seguro debe haber algo que ganar con mantener la posesión de esta isla, pero ya habíamos dicho que actualmente no tiene ningún tipo de recursos. Es que la clave, justamente, está en la parte de «actualmente». El calentamiento global significa que el Ártico se acerca cada vez más a ser una zona próspera para el comercio y, a medida que el tiempo y el cambio climático avanzan, la Isla Hans se cotiza.
El papel de la OTAN tiene que ver con la razón por la que ambos países sienten presión por resolver el conflicto. Tanto Dinamarca como Canadá son miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y, a medida que la zona del Ártico crece en improtancia, más preocupa al resto de los miembros este conflicto entre dos naciones que deberían estar cooperando, en especial ante el poderío de Rusia en el Ártico.
Después de todo, parecería que este conflicto deberá solucionarse en el futuro cercano, aunque solo se trate de una pequeña roca en el mar Ártico.