Akira Yoshizawa (1911-2005) fue considerado como uno de los grandes maestros contemporáneos del origami, el arte japonés de formar figuras con papel.
Yoshizawa nació y murió el 14 de marzo. Editó 18 libros sobre el origami (o papiroflexia) y se convirtió en historia viva gracias a su habilidad en esta disciplina. Este artista fue tan respetado y aclamado que el emperador Hiroito lo invistió con la Orden del Sol Naciente, reservada sólo para los ciudadanos japoneses con un alto grado de honor, en 1983.
Yoshizawa llegó a contar con más de 50 mil figuras y en 1998 el afamado Museo del Louvre, en París, montó una exposición especial con su trabajo. Akira Yoshizawa fue un autodidacta del origami, una destreza que se preocupó por cultivar desde pequeño. Durante su vida laboral encontró siempre la forma de utilizarla en su trabajo. Por ejemplo, en su etapa como maestro de geometría, solía usar modelos de origami para explicar a sus alumnos algunos problemas matemáticos.
Cuando sirvió en los cuerpos médicos durante la Segunda Guerra Mundial, Yoshizawa animaba a sus pacientes haciéndoles figuras de origami. Su primer trabajo profesional como artista de origami fue el encargo de las doce figuras del zodiaco para una revista en 1954. Yoshizawa nunca vendió las figuras que armaba, él prefería regalarlas a sus amigos, compañeros o cualquier persona que se lo pidiera. Fundó el Centro de Origami en Tokio en 1954 y también diseñó el sistema Yoshizawa-Randlett, basado en símbolos, diagramas y flechas, que se ha convertido en la guía básica para los aficionados a la papiroflexia.
Con el tiempo, Akira Yoshizawa se especializó en una técnica de origami llamada ‘doblez húmedo’, que consiste en mojar ligeramente el papel para que la figura final luciera con más volumen y tuviera una apariencia más redonda. Yoshizawa murió el día de su cumpleaños número 94 debido a una neumonía que se complicó, pero su legado se mantiene vivo en las diestras manos de miles de personas alrededor del mundo.